Biologia:

El cuerpo de este ejemplar es más alargado que el del mero. Su mandíbula inferior es más alargada que la superior. Las escamas son pequeñas y están embebidas en la gruesa piel. La aleta caudal es ligeramente redondeada y se transforma en cóncava a medida que el animal se vuelve adulto. La talla que puede alcanzar es de unos 140 centímetros, aunque no suelen ser frecuentes los ejemplares de este tamaño en nuestras costas, generalmente sueles oscilar los 70 o 80 centímetros de longitud. Su color es pardo, adornado por cinco o seis rayas longitudinales muy visibles en los ejemplares jóvenes, pero que se pierden a medida que aumenta la edad, al ser más adultos, se percibe en sus costados una mancha dorada que identifica muy bien a la especie. 

Suele frecuentar los fondos rocosos con aguas cálidas, casi siempre formando grupo de unos cuantos ejemplares. Solo temporalmente se refugian en tanas o madrigueras y siempre estas tienen una sola entrada. Su alimentación es carnívora, le gustan especialmente los cefalópodos, en mar abierto, suele cazar los bancos de sardinas y otras especies de peces o sea se trata de un verdadero depredador, como muchos representantes de esta familia.